En las zonas del este de Galicia la figura mítica de un carbonero que según la tradición baja la noche del 31 de diciembre a tocar el vientre a los niños para ver si han comido suficientemente durante el año, dejándoles un montón de castañas, eventualmente algún regalo y deseándoles que tengan un año nuevo lleno de felicidad y comida. En realidad es una figura inventada, un gran bulo que nos dice que es popular en las montañas del este de Galicia.
VILLANCICO
http://www.youtube.com/watch?v=ODKhBgLYUZU
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